Con gran alegría y el corazón lleno de gratitud, los Aspirantes Laicos Misioneros Combonianos (LMC) de Chad venidos de Abéché, Moïssala, Bodo y Sarh llegaron el jueves 21 de abril de 2022 por la tarde a la parroquia Inmaculada Concepción de Béjondo para su Asamblea General. Después del descanso nocturno, la jornada comenzó con un retiro sobre el tema conductor «Eucaristía Principio y Suma de la Vida Cristiana», presentado por el P. José Alberto Sagras, mccj, riquísimo en contenidos que ha permitido a los participantes comprender la importancia de la Eucaristía, que es el fundamento de nuestra fe en la vida cristiana en cuanto fieles católicos. Terminaron el retiro con una misa solemne. La tarde ha llegado, todas las comunidades se han presentado y este año han dado un nuevo impulso que promete bien para el futuro. Han recibido una formación sobre «La espiritualidad cristiana a través del carisma de San Daniel Comboni», presentada por el padre Horbe Richard, mccj, de la parroquia de Bodo, tema que permitió a los participantes comprender mejor la importancia y los beneficios de la espiritualidad cristiana vinculada a los carismas de San Daniel Comboni.
Había en cada miembro un sentido de fraternidad que estaba bien presente durante el desarrollo de la asamblea y que permitió reforzar los lazos de pertenencia de los aspirantes LMC de Chad. Terminaron la Asamblea General el 24 de abril de 2022 llenos de fuerza física, mental y espiritual, para convertirse en Santos y Capaces, como a menudo decía San Daniel Comboni. Hay que decir que el párroco, Abbé Bertin, los recibió con una cabra, que fue degollada para saludarlos el domingo, después de la misa, antes de volver cada uno al camino de regreso.
Había en cada miembro un sentido de fraternidad que estaba bien presente durante el desarrollo de la asamblea y que permitió reforzar los lazos de pertenencia de los aspirantes LMC de Chad. Terminaron la Asamblea General el 24 de abril de 2022 llenos de fuerza física, mental y espiritual, para convertirse en Santos y Capaces, como a menudo decía San Daniel Comboni. Hay que decir que el párroco, Abbé Bertin, los recibió con una cabra, que fue degollada para saludarlos el domingo, después de la misa, antes de volver cada uno al camino de regreso.
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